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miércoles, 16 de agosto de 2017

LA IMPORTANCIA DEL HIGADO




LA IMPORTANCIA DEL HÍGADO
El hígado está situado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, debajo del diafragma y por encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos.
El hígado es un órgano de color marrón rojizo oscuro con forma de cono que pesa alrededor de 3 libras.
El hígado está formado por un lóbulo izquierdo y un lóbulo derecho. La vesícula biliar está situada a la altura del lóbulo derecho y actúa como depósito para la bilis.
El hígado recibe sangre por dos vías distintas: la arteria hepática, que aporta la sangre que llega del corazón, y la vena porta, que transporta la sangre enviada del intestino. A continuación, las venas hepáticas se encargan de garantizar la evacuación de la sangre.
El hígado contiene aproximadamente una pinta (13%) de la sangre total del cuerpo en todo momento. Consta de dos lóbulos principales. Estos están formados cada uno por ocho segmentos que contienen 1,000 lóbulos (lobulillos). Estos se conectan con pequeños conductos (tubos) que, a su vez, se conectan con conductos más grandes que forman el conducto hepático común. El conducto hepático común transporta la bilis producida por las células hepáticas hacia la vesícula biliar y el duodeno (la primera parte del intestino delgado), a través del conducto biliar común.

Funciones del hígado
El hígado regula la mayoría de los niveles de sustancias químicas de la sangre y secreta una sustancia denominada bilis, que ayuda a transportar los desechos desde el hígado. Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por el hígado. El hígado procesa, descompone y equilibra esta sangre, además crea los nutrientes y metaboliza los medicamentos de forma que el cuerpo pueda usarlos sin que resulten tóxicos. Se han identificado más de 500 funciones vitales del hígado.

FUNCIONES PRINCIPALES DEL HIGADO
El hígado, que es el órgano más voluminoso del cuerpo humano, desempeña tres funciones vitales indispensables para nuestro organismo: la desintoxicación, la síntesis y el almacenamiento.

La desintoxicación

El hígado actúa como un auténtico filtro que recoge y elimina numerosas toxinas. Puede tratarse de toxinas presentes de forma natural en los desechos producidos por nuestro organismo, como el amoniaco, o de toxinas que ingerimos, como el alcohol.
 La síntesis
Nuestro hígado se encarga del metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas, secretando la bilis, elemento esencial para nuestra digestión. Además, evita hemorragias a través de un proceso de coagulación.
 El almacenamiento
El hígado es un contenedor de vitaminas (A, D, E, K) y glucógeno(hidratos de carbono). Se almacena energía en forma de azúcar, y se pone a disposición de

 Algunas de las funciones más conocidas incluyen las siguientes:
  • Producción de bilis, que ayuda a transportar los desechos y a descomponer las grasas en el intestino delgado durante la digestión.
  • Producción de ciertas proteínas para el plasma sanguíneo.
  • Producción de colesterol y proteínas especiales para ayudar a transportar las grasas por todo el cuerpo.
  • Conversión del exceso de glucosa en glucógeno para almacenamiento (luego, el glucógeno vuelve a transformarse en glucosa para energía) y equilibra y fabrica glucosa a medida que se necesita.
  • Regulación de los niveles de aminoácidos en sangre, que son las unidades formadoras de proteínas.
  • Procesamiento de la hemoglobina para el uso de su contenido de hierro (el hígado almacena hierro).
  • Conversión del amoníaco tóxico en urea (la urea es uno de los productos finales del metabolismo de las proteínas y se excreta en la orina).
  • Depuración de fármacos y otras sustancias tóxicas de la sangre.
  • Regulación de la coagulación sanguínea.
  • Resistencia a las infecciones mediante la elaboración de factores de inmunidad y eliminación de bacterias del torrente sanguíneo.
  • Depuración de bilirrubina, incluso de los glóbulos rojos. Si existe una acumulación de bilirrubina, la piel y los ojos se ponen amarillos.
Una vez que el hígado ha descompuesto las sustancias nocivas, los subproductos se excretan en la bilis o la sangre. Los subproductos biliares ingresan en el intestino y salen del cuerpo en forma de heces. Los subproductos (hemoderivados) sanguíneos se filtran en los riñones y salen del cuerpo en forma de orina.

COMO CUIDAR NUESTRO HIOGADO


Si nuestro hígado no está funcionando correctamente, nuestra salud general se verá perjudicada.

 Cuando el hígado se encuentra dañado, podremos sufrir : desde mal aliento, dolores de cabeza, cansancio, malas digestiones y estados de ánimo cambiantes hasta estrés, sistema inmunológico debilitado y metabolismo lento.
El hígado es uno de los órganos vitales y por ello debemos prestar atención a su cuidado.  ¿Sabés cómo hacerlo?


 Aquí te enseñamos cómo cuidar tu hígado:

Tener una alimentación sana

Consume varias porciones de frutas y verduras diariamente. Las manzanas, el kiwi, las uvas, cerezas, espinacas, alcachofas, espárragos y rábanos, por ejemplo, son muy buenos limpiadores del hígado. Evita los alimentos fritos y congelados. Evita también grandes ingestas de proteínas y carbohidratos en exceso.

A la hora de las bebidas, reemplaza las gaseosas por agua mineral, que es la gran purificadora del organismo. Por supuesto, ¡olvídate del alcohol! Las grandes ingestas de alcohol son posibles causantes de la cirrosis o cáncer de hígado. Un truco para reducir los daños del alcohol en el hígado es comer una ración de espinaca todos los días; esta verdura aumenta la inmunidad de este órgano contra las bebidas alcohólicas.

Consumir alimentos antioxidantes

Los alimentos con antioxidantes son aquellos que protegen a las células del daño de los radicales libres, sustancias que atacan y alteran a las células sanas y que así pueden causarnos graves enfermedades, como el cáncer. Comer alimentos antioxidantes protege y mejora la salud del hígado. Entre ellos encontramos los arándanos, las moras, las manzanas, fresas, nueces, avellanas, alcachofas, los tomates y las habas.

Cuidado con la medicación

Hay muchas drogas que resultan dañinas para el hígado como, por ejemplo, las que contienen acetaminofén. Procura no ingerir demasiadas pastillas ricas en acetaminofén porque puede resultar tóxico para el hígado.

Practicar el sexo seguro

Una de las tantas enfermedades de transmisión sexual es la hepatitis. Hay varios tipos de hepatitis, pero la más peligrosa es la hepatitis C, que es mortal y todavía no tiene vacuna. Para prevenir esta y otras enfermedades de transmisión sexual debes usar preservativo. También vacúnate contra la hepatitis A y B para prevenirlas.

Protegerse de los golpes

Si practicas algún deporte violento o extremo, evita recibir golpes en la zona del hígado, ya que un impacto fuerte es suficiente para dañarlo.

Remedios naturales

Puedes cuidar tu hígado a través de la medicina natural. Si te gusta el té, opta por el té verde que es muy beneficioso para el organismo y el cuidado del hígado.
Por último, te recomendamos que practiques actividad física regularmente para una mejor salud.


 Algunas afecciones del Hígado

La fibrosis

Toda afección crónica del hígado tendrá como resultado una cicatriz fibrosa del tejido hepático. Esta “fibrosis hepática” constituye un proceso de cicatrización que sustituye las células del hígado dañadas.
Es reversible, si se trata la causa de la enfermedad y si las lesiones no son demasiado graves. En ese caso, el hígado puede recuperar una estructura normal. Así pues, es fundamental conocer el grado de fibrosidad del hígado para realizar un diagnóstico, pautar un tratamiento adecuado, y garantizar el seguimiento de ese tratamiento y de su eficacia.
Esta fibrosis impide el buen funcionamiento del hígado y no presenta ningún síntoma específico.

La cirrosis

En principio, la fibrosis es totalmente asintomática, incluso cuando alcanza el estado de cirrosis. Hablamos en este caso de “cirrosis compensada“, es decir, no complicada. Es posible que se descubra de manera fortuita durante un examen rutinario. Con el avance de la cirrosis, se corre el riesgo de pasar de una cirrosis compensada a una cirrosis descompensada. Como consecuencia de ello, se producen complicaciones hepáticas:
§   La hipertensión portal dificulta la circulación venosa causando un aumento de presión en la vena porta. Puede causar hemorragias por rotura de varices esofágicas.
§   La ascitis consiste en la aparición de un exceso de líquido en la cavidad abdominal, que puede infectarse.
§   La ictericia corresponde a una coloración amarillenta de la piel y de otros tejidos provocada por el aumento de bilirrubina en la sangre.
§   La encefalopatía hepática consiste en trastornos neurológicos asociados a la acumulación de toxinas no eliminadas.
§  El cáncer primario de hígado, también denominado “carcinoma hepatocelular” es una complicación final de la cirrosis y puede ser asintomático durante mucho tiempo.

La esteatosis

La esteatosis hepática es una acumulación de grasa en el hígado. Se debe a un aumento de los lípidos en las células hepáticas y puede ser fuente de complicaciones en caso de obesidad, de intoxicación alcohólica (asociada a un consumo excesivo de alcohol) o de trastornos hepáticos (como la diabetes de tipo 2). La esteatosis puede presentarse aislada (“esteatosis pura”) o puede estar asociada a una hepatitis: la esteatosis hepática no alcohólica (NASH, en inglés). La esteatosis y la NASH constituyen las denominadas “Esteatohepatitis no alcohólicas” (o NAFLD, en inglés).
Las personas que las padecen no suelen presentar ningún síntoma. En algunos casos, la esteatosis puede derivar en una fibrosis, llegando a pasar incluso a la fase de cirrosis. Por eso, es buena idea hacerse revisiones que puedan facilitar el diagnóstico.
El número de casos va claramente en aumento, favorecido por la problemática generada por la obesidad y el sobrepeso en las sociedades occidentales.

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